Terapia sistémica familiar

Desde hace algunos años, la terapia sistémica ha venido utilizando distintas técnicas de coaching, que potencian su efectividad.

Técnicas de coaching sistémico para unir a las familias

El tipo de vínculos afectivos, la forma de relacionarnos y el modo en el que sentimos que somos percibidos por los demás influyen de algún modo en nuestro bienestar. Por ello, para generar cambios positivos en las dinámicas familiares, es importante adoptar un enfoque integral.

Esta es la propuesta de la terapia sistémica que apela de manera directa al grupo. Es un proceso terapéutico que ofrece recursos y herramientas para afrontar dificultades que, de algún modo, implican a varios miembros. Los cambios que se producen en el seno de un sistema generan un efecto en quienes lo componen.

Por ello, son muchas las situaciones que pueden requerir de un apoyo especializado. El fallecimiento de un ser querido, el comienzo de una nueva etapa o un conflicto prolongado son algunos ejemplos frecuentes.

Características del proceso de la terapia sistémica con técnicas de coaching

Una terapia sistémica combina varias sesiones con un enfoque grupal o individual. Cada persona encuentra el espacio ideal para conocerse a sí misma. También participa en conversaciones en las que escucha los puntos de vista de los demás y comparte su propia visión.

Uno de los objetivos de la terapia es identificar qué cambios son convenientes hacer en el grupo para nutrirlo y fortalecerlo.

Beneficios de la terapia sistémica familiar

Presentamos algunos de los aspectos más relevantes a continuación:

1. Busca el bien común. Las partes implicadas en un conflicto intervienen de forma positiva para solucionarlo. Cada uno trasciende a su propia realidad individual y se descubre como parte de un sistema.

2. Aumenta el conocimiento del grupo. Es posible identificar qué roles desempeñan los miembros de la familia, cuáles son las debilidades del sistema, los patrones que se repiten y las fortalezas destacadas.

3. Acompañamiento: el experto inspira confianza. El profesional emplea distintas herramientas durante el proceso. Por ejemplo, utilizamos técnicas de coaching para generar cambios positivos.

4. Empoderamiento. El éxito final del proceso depende del compromiso, la sinceridad y la implicación de los participantes. La terapia sistémica pone el acento en la evolución de cada una de las partes.

5. La escucha, la expresión emocional y el respeto facilitan el entendimiento. Y son esenciales para conseguir objetivos comunes.

Por tanto, la terapia sistémica familiar es una invitación para profundizar en la realidad del ser humano desde su dimensión como ser social. Desde esta perspectiva también se descubre la esencia individual. Recordemos que los vínculos afectivos son cambiantes. Las técnicas de coaching que utilizamos en un proceso terapéutico son valiosas para recuperar el equilibrio en la relación con los demás.

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