15 Jul

Comprendiendo el concepto de Estrés

Estrés

En este post, queremos poner el foco en el estrés vivido ante situaciones de la vida en las que nos cuesta adaptarnos. Analizaremos qué es el estrés, sus desencadenantes y reacciones, y veremos varios modelos que nos ayuden a entenderlo y manejarnos.

En posts posteriores, nos gustaría fijarnos en los lindes del estrés cuando la “normalidad” de la reacción vivida se va hacia territorios más psicopatológicos. Ya empezaríamos a hablar de síntomas y de trastornos más habituales. De momento, vayamos a lo nuestro….

 

¿Cuándo aparece el estrés?

El estrés aparece cuando nos sentimos superados en nuestra capacidad adaptativa, es decir, cuando lo que nos ocurre desborda nuestros recursos de afrontamiento y altera nuestros procesos homeostáticos. Podemos entender el estrés como aquellas situaciones que exceden nuestra capacidad de manejarnos; esto es, el estrés sería considerado como el estímulo provocador. Y, también, podemos entender el estrés como aquellas reacciones que tenemos ante lo que nos desborda; es decir, el estrés también puede ser considerado como la respuesta que damos.

 

Situaciones y respuestas de estrés

Como hemos visto, el estrés puede ser tanto el origen como sus consecuencias.

Entre los desencadenantes estresantes estarían, por ejemplo, el exceso de trabajo, pérdidas inesperadas, desencuentros desafortunados, etc.

Ejemplos de respuestas de estrés serían síntomas de ansiedad y miedo (sensación de dificultad para respirar o ahogo, palpitaciones, distintos malestares corporales sin causa orgánica, miedo a perder el control…) y del estado de ánimo (bajo estado de ánimo, pocas ganas de realizar actividades, irritabilidad…). Incluso, el estrés extremo y continuado puede desencadenar síntomas de tipo psicótico, como confusión, bloqueos, interpretaciones alejadas de la realidad compartida y conductas extrañas, entre otras.

 

Fases ante situaciones estresantes

Se han estudiado varios modelos de respuesta ante situaciones de estrés. Un modelo clásico es el Síndrome general de adaptación. Selye describe el estrés fisiológico como el modo de respuesta del organismo al movilizarse ante peligros y amenazas a su integridad. Tiene tres fases:

  1. Fase de alarma. Primera reacción ante algo repentino, como un piloto de “aquí pasa algo”.
  2. Fase de resistencia. Son las respuestas de adaptación al estresor. Si este no desaparece, movilizamos recursos para conseguir la energía necesaria para ello. Nos “resistimos” al estresor para adaptarnos, muchas veces, con éxito.
  3. Fase de agotamiento. Cuando lo anterior no es suficiente, es agotador mantenerse durante un tiempo prolongado en la fase anterior. El organismo acaba realmente estresado y abatido.

Este es un modelo de estímulo – respuesta. La psicología evolucionó e introdujo los procesos cognitivos y emocionales de la persona en esta simple ecuación.

 

El estrés es un proceso

El estrés vendría dado como una relación particular entre la persona y su entorno, poniéndose en primer plano la subjetividad humana. Las personas somos diferentes y, ante la misma situación no actuaremos de la misma manera, dependiendo de cómo interpretamos las cosas y cómo valoramos nuestros propios recursos.

Ante situaciones potencialmente estresantes, se ponen en marcha distintos procesos de evaluar lo que está pasando (Lazarus y Folkman, 1986):

  1. Evaluación primaria. Es lo primero que hacemos, habitualmente de manera rápida. En esta primera valoración, la situación es catalogada como una amenaza, una pérdida o un desafío o reto. Interpretamos lo que está sucediendo, dándole sentido. No depende tanto de la situación, es más nuestra historia y estilos propios. Obviamente, el “futuro” será diferente en función de ella.
  2. Evaluación secundaria. Tras lo anterior, ponemos en marcha procesos de otro nivel: valoramos si podemos hacer algo al respecto, qué tipo de recursos podemos activar y cómo los llevaremos a cabo. Evidentemente, la acción dependerá de estas decisiones.
  3. Reevaluación. Pasa el tiempo y valoramos lo ocurrido: ¿sigue la amenaza?, ¿hemos mitigado los efectos de la pérdida? ¿nos hemos enfrentado con éxito? En caso de que no sea así, volvemos a evaluar la situación, continuando el proceso de afrontamiento.

En todo este proceso, las emociones y sentimientos son variados y de todo tipo: tristeza, miedo, ira, incertidumbre, templanza… Pueden ser un buen aliado, junto a los procesos cognitivos, para entender lo que nos está pasando y nos ayudan a tomar decisiones.

 

En PS|CO estamos interesados en aumentar el autoconocimiento ante el estrés y en potenciar las estrategias de afrontamiento para manejarte mejor, tanto en nuestras sesiones de psicoterapia como de coaching psicológico. Esperamos que te haya resultado útil la lectura de nuestro post. Para cualquier cosa, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.

 

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¡Gracias!

Psicología y Coaching PS|CO

Maite García

Psicóloga Clínica y Coach , PS|CO

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