16 Feb

Ventanas al inconsciente. Post 4. Pérdidas y perdidas

Ventanas al incosciente

No cabe duda de que el inconsciente trabaja de forma caprichosa. En esta ocasión, reflexionaremos sobre dos sucesos que solemos enfrentar de distinta forma, que vamos abordando regularmente en nuestro blog, y lo enmarcaremos en nuestra serie «Ventanas al inconsciente».

El primero de ellos se refiere a las pérdidas de personas queridas o a al menos a quienes les hemos destinado una cantidad de afecto significativo, esa cantidad que nos produce dolor.

El segundo es el efecto que se produce cuando perdemos algo, pero no cualquier cosa, ni en cualquier momento. Son objetos fundamentales en momentos críticos, como, por ejemplo, las llaves cuando estamos a punto de salir y no hay nadie más, ya que nos quedaríamos “encerrados fuera de casa”.

 

Pérdidas

Las pérdidas, en el primer caso, son de seres queridos, lo cual quiere decir, alguien a quien estamos acostumbrados a brindar una gran cantidad de energía, ya sea un intenso amor o una enorme ira. Al fin y al cabo, es energía que emana de nuestro ser hacia esa otra persona y cuando deja de existir, esta energía no deja de fluir inmediatamente, e impregna a distintas representaciones de nuestra mente como si aún existiese esa persona en la vida real.

En otras ocasiones, hemos hablado de la primera fase del duelo, la etapa de negación, no podemos creer que la “pérdida” de ese ser sea cierta. Lo que está ocurriendo en nuestro aparato psíquico o mente es concretamente que la cantidad de energía con la que investimos a dicha persona sigue fluyendo hacia ella, como si aún estuviera ahí. Aunque no hay una regla exacta de cuanto es ese tiempo y como lo vive cada persona, sabemos que se produce el fenómeno.

 

Hombre viviendo duelo por perdida

No todos los duelos se viven de la misma manera, sin embargo, nuestro inconsciente, muchas veces actúa de formas similares

En palabras de Freud “…la sombra del objeto perdido recae sobre el Yo”. Lo interpretamos como que dicha energía intenta ser entregada a la persona que perdemos y, luego, al no llegarle, la reasignamos o redirigimos a nosotros mismos, creando “su sombra” en nuestro interior. Esta “sombra del objeto” puede ser su recuerdo o incluso un rasgo de ella con el cual nos identificamos, generalmente de forma inconsciente, y pasa a ser parte de nosotros.

 

Perdidas

Vayamos ahora al segundo fenómeno, cuando se trata de objetos o cosas perdidas. Podemos decir que muchas de las cosas que perdemos son algo más que casualidades. Si nos detenemos y analizamos el suceso, encontramos a veces que hay un sentido oculto. Tal vez sea cosa de risa, o quizás de tragedia, pero la hay.

Hace tiempo, me ocurrió que debía entregar un artículo sobre el cual venía trabajando desde hacía tres semanas, era en los años ochenta, antes de utilizar un ordenador. La verdad es que me había costado escribir sobre el tema, pero cuando lo terminé, quedé muy satisfecho de mi trabajo. El día de la entrega me preparaba para asistir a la cita, solo tenía que meter el artículo en mi cartera y marcharme a la revista para entregarlo a mi editor. Sin embargo, al entrar en mi despacho y tomar la carpeta me percaté de que no estaba donde recordaba haberlo dejado. Al principio pensé que lo había puesto en otro lugar, pero luego, al no encontrarlo, mis nervios y mal humor se fueron desatando. Mi confusión se incrementó y muy a mi pesar tuve que llamar a mi editor y decirle que no encontraba mi trabajo, lo cual me dejaba, como un impuntual o un mal cumplidor. Pasaron dos días y el maldito escrito no aparecía en ningún lado, y, se habían desatado en mi cabeza toda una sarta de tonterías. La tercera noche tuve una pesadilla y, al despertarme, supe inmediatamente donde estaba mi trabajo. Lo más importante fue que encontré un significado al extravío temporal del escrito: me daba pavor que mis razonamientos se hicieran públicos y ser criticado por otros colegas. Sin duda, mi inconsciente me jugó una mala pasada. Al paso del tiempo, me puedo reír de aquel suceso y compartirlo con vosotros sin problema alguno, pero en su momento me llevó algunas sesiones sobre el diván en mis sesiones de psicoanálisis.

¿Te está costando recuperarte de la pérdida de alguna persona significativa para ti? ¿Sueles perder cosas o cometer algún otro acto fallido? Sería interesante preguntarte por lo que hay detrás de ello. Si no les encuentras sentido, quizás valga la pena indagar en tu inconsciente para hacer consciente lo que ahí se esconde.

En PS|CO estamos dispuestos a acompañarte, tal vez te sorprenderás de lo que puedas encontrar en esos pequeños sucesos aparentemente carentes de sentido.

-Y ahora también te ofrecemos nuestros servicios de manera online

¡Gracias!

Psicología y Coaching PS|CO

 

David Gilling, Psicólogo y Coach Senior, PS|CO

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