10 Dic

En Navidad

Emociones navideñas y estrés

Llega la época navideña, con ella nuestras emociones y sentimientos pueden volverse contradictorias provocándonos distintos tipos de estrés. Sobre ello reflexionaré un poco en este post.

Es muy difícil hacer generalizaciones sobre el tema; por ello, hablaré desde mí y de ahí os invito a reflexionar, si lo deseáis.

 

¿Qué emociones me traen estas fechas?

Todo aquello que me promueve a la temporada navideña, me lleva, por un lado, a sentir alegría, ya saben canciones, seres queridos, encuentros con amigos, comidas, regalos, viajes y no sé cuántas cosas más; pero, a la vez me detengo y también hay tristeza, desesperanza, enojo, miedo y algunas otras cosas más que no son nada agradables. Como notarán, muchas de estas cosas que enumero tienen dos caras que suelen ser inseparables. Por ejemplo, así como hay canciones alegres, están aquellas que son tristes por la evocación de recuerdos dolorosos, huellas que nos dejaron personas ausentes o porque nos hacen pensar en esa gente que no tiene nuestra suerte. También veo la imposibilidad de reunirme por distintas causas con gente a la que quiero. Por otro lado, la comida tan deliciosa, pero a la vez tan calórica que me lleva a subir de talla y luego tengo que someterme a alguna dieta para quitarme el sobrepeso al que me hice acreedor. ¿Lo ven ahora?, estos son algunos claros-obscuros que llenan esta temporada. Sin embargo, sólo he citado lo superficial, pues las emociones son muchas, no tan simples, ni tan fáciles de hacer conscientes.

En otro nivel de cosas tenemos nuestros amores, éxitos, salud, anhelos, pero igualmente todo esto puede llevarnos a un estrés que nos acelera de una forma increíble al habernos marcado metas que no alcanzaremos este final de año. Esto nos puede llevar a estados de ansiedad, depresión, excitación donde lo menos que nos puede pasar es meterlos en un cajón que dice algo así como “promesas para el próximo año”. Hace años me di cuenta que ceder a ocultar estas emociones navideñas me llevaba al consumo excesivo de algo que me hiciera sentir mejor: compras, comida, bebida, viajes, etc.

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Mi vulnerabilidad dependía de la intensidad de estos estados de estrés donde me veía con el agua en el cuello por no poder llegar a metas planteadas por mí mismo en distintos ámbitos de mi vida. Esas promesas incumplidas me pasaban factura y su monto era proporcional al grado de inconsciencia que tenía de cada una de ellas. Cuando lo hice consciente, en vez de postergar la solución la enfrenté y decidí que el día para cambiarlas era hoy

Cada uno de nosotros tiene distintos modos de hacer este proceso y puede descubrirlo tarde o temprano. Si sospechas que vives algo así no te vendría mal pedir apoyo a un coach para desbloquear algunas cosas. Al paso del tiempo pienso que si hace treinta años hubiera acudido a un proceso de coaching personal me hubiese ahorrado mucho estrés, tiempo y no sé cuántas cosas más de las que os acabo de compartir.

 

Coaching personal

El coaching personal o life coaching es una forma de frenar o prevenir este malestar al que nos sometemos cada final de año. Acércate y contacta con nosotros para poder modificar esta tendencia. Podemos tener varias sesiones presenciales o si lo deseas pregúntanos por nuestras sesiones “on line”.

 

Haz que estas fiestas sean mejores para ti.

David Gilling, Psicólogo y Coach senior, PS|CO

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